Programa JA: El expreso a la Nueva Jerusalen

Base Bíblica: Mateo 11:28

Tema General: Segunda Venida

Himnos:

Himnario Adventista, #183 "Promesa Dulce" Himno 265. Himnario Adventista, #266 #496

"Jerusalén, mi Amado Hogar"

 Publicidad:Alguien vestido de conductor de tren anunciando la salida del expreso a la nueva Jerusalén

 Presupuesto

 Vestuario adorno de la iglesia

INTRODUCCION

 La Segunda Venida de Cristo será el evento cumbre de la historia del Cristianismo. Jesús muy pronto aparecerá en las nubes de los cielos con toda la hueste de Ángeles celestiales. Viene a buscarnos para llevarnos a la Nueva Jerusalén. Procuremos estar listos para ese glorioso viaje a la Nueva Jerusalén

LOCUTOR: Pronto llegara el expreso de la Nueva Jerusalén. Ya recibimos el aviso. Todo el que quiera subir debe estar preparado. El Gran Maquinista los invita a todos a subir, diciendo: Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar" (Mateo 11:28). Todo el que quiera puede subir. Claro está que para eso hay normas y reglamentos. Tenemos la guía y horario: las Sagradas Escrituras. "Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:14). Nuestro lugar de destino es un hermoso país donde no hay tristeza ni enfermedad. Queda poco tiempo para comprar boletos. Esta es la ultima invitación. Venga todo el que quiera.

ANCIANA: Vengo a comprar mi pasaje para la Tierra Prometida. Este es uno de los días más felices de mi vida. Desde que conocí el mensaje del tercer ángel, anhelo la llegada del momento en que podré salir de esta tierra convulsionada. Cuanto falta para la hora de partida?

GUARDIA: No se anuncio la hora; en realidad, antes de partir, es necesario terminar con algunas actividades. Lo único que podemos hacer es esperar y velar orando. Ha sido fiel durante toda la jornada de su vida?

ANCIANA: El mismo día que oí esa emocionante invitación, decidí participar de este viaje. Hace mucho que pido perdón de mis pecados. Muchas veces me desanime, pero al recordar la recompensa y el amor de mi Salvador, recobraba el animo. Aquí esta lo poco que poseo. Seguramente no lo voy a necesitar.

GUARDIA: Sírvase el boleto, que es parte de su justa recompensa.

ANCIANA: Muchas gracias.

CANTORES: Himno 265.

VIAJERO: Buenos días; quería hacer algunas averiguaciones acerca del viaje en este tren. Cual es la frecuencia y el horario de los viajes? Cuando vuelve este tren que saldrá dentro de poco? Tengo planes de visitar Europa, y quiero conocer Ceilan el ano próximo. Me encanta viajar, y pienso dar la vuelta al mundo. Ando averiguando que medio de transporte me serviría.

GUARDIA: Señor, se ha equivocado de estación. Este tren no hace el viaje de regreso. Si usted llega a destino no querrá volver mas. Deseara quedarse por toda la eternidad.

VIAJERO: Ah, no; no me interesa ir a quedarme en ningun lugar. Lo que me interesa es viajar mucho. No quiero perderme el viaje en avión al Polo Sur de ninguna manera.

GUARDIA: Lo siento. A usted también se lo invita a subir. "El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida del balde" (Apoc. 22: 17). Al gran Maquinista lo apena mucho que usted se niegue a subir. Pero usted es quien debe elegir: "Escogeos hoy a quien sirváis" (Jos. 24:15). (El viajero se va).

SENORITA DE LA SOCIEDAD: ¿Cuánto cuestan los pasajes para la Santa Ciudad?

GUARDIA: No cuestan nada. Ya Jesucristo reservo los asientos en la Cruz del Calvario.

SENORITA: Pero a mí no me interesa aceptar caridad de nadie.

GUARDA: Su dinero no tiene ningún valor en este caso. No hacemos diferencia entre los ricos y los pobres; por lo tanto, usted debe desprenderse de sus joyas para viajar en este tren.

SENORITA: Esta invitación es demasiado generosa. Jamás acepte algo parecido; pero.... pensándolo bien.... si Dios tanto amo al mundo que dio a su Hijo unigénito, yo debiera estar dispuesta a dejar estas vanidades. (Se quita las joyas).

CANTORES: Himnario Adventista, #266

FASTIDIOSO: Vengo a comprar un boleto para la Nueva Jerusalén.

GUARDIA: ^Hizo ya los preparativos? Conoce las condiciones? Suele hacer algo que Jesús no haría si estuviera en su lugar?

FASTIDIOSO: Este... me parece que estoy en condiciones de viajar. Guardo todos los mandamientos y soy active en la iglesia. Pero... ahora recuerdo algo...

GUARDIA: Bien?

FASTIDIOSO: Tengo la costumbre de fastidiar a la gente. No creo que sea algo muy malo, porque no perjudico a nadie. Lo hago por divertirme. Fastidio a todo el mundo, a mis padres, hermanos y compañeros.

GUARDIA: Cree usted que a los demás le gustan sus bromas tanto como a usted?

FASTIDIOSO: A decir verdad... me parece que no...

GUARDIA: Usted cree que Jesús haría lo mismo?

FASTIDIOSO: Y... bueno... Seguramente que no. Uno no debe hacerles a los demás lo que no quiere que ellos le hagan a uno. La verdad es que no había reflexionado. Resuelvo no hacerlo más.

GUARDIA: Es suficiente! Aquí tiene su boleto.

LA FAMILIA: (Cuatro personas). Queremos cuatro boletos para la Nueva Ciudad. Cuanto es?

GUARDIA: La sangre de Jesús. Basta con aceptar su generoso sacrificio. El lo pago todo.

UNO DE LOS HIJOS: Esto es maravilloso.

GUARDA: (dirigiéndose al padre): A Cristo le agradara ver que usted lleva su familia consigo. El ama a todos los niños, y se complace al ver que se los educa siguiente las normas del Señor. Bienaventurado el hogar que no esta dividido, cuyos miembros se unen para adorar al Padre Celestial. Sírvase los cuatro boletos.

EL CIEGO: Llego demasiado tarde? Cuanto me costó encontrar la estacion!

GUARDIA: No es tarde. El tren no llego todavía; pero falta poco. El Jefe nos avisara en cuanto las vías estén libres, y se haya dado aviso a todo el mundo.

EL CIEGO: Cuanto me alegro! Me parecía que nunca acabaría de prepararme. Perdone si le robo unos minutos, pero... dígame... es cierto que en aquel país no habrá ciegos? seria tan feliz si pudiera ver el rostro de Cristo!

GUARDIA: Es muy cierto. Los ciegos verán y los cojos saltaran. No oyó esas promesas bíblicas? Esta seguro de que esta preparado para abandonar todo y seguir a Cristo?

EL CIEGO: Si, yo se que todo es posible con Jesús

GUARDIA: Esta seguro de que este es el tren que usted busca, y que ha confesado todos sus pecados al Padre Celestial?

CIEGO: Si, señor; lo he pensado bien, y se que esto es todo lo que puedo ofrecer por todo lo que debo.

GUARDIA: Sírvase su boleto.

CIEGO: Muchas gracias.

ANA: Que suerte que la bonetería esta abierta ahora! Voy a comprar el boleto enseguida, porque tengo mucho que hacer durante el resto de la semana.

GUARDIA: Solamente los que estén dispuestos a esperar y velar, abandonándolo todo, pueden recibir un boleto.

ANA: Si, pero debo atender esos asuntos durante algunos días no mas. Por otra parte, quiero ir, pues estoy preparada. No puedo recordar ningún pecado que me impida el viaje. Por que no puedo pagarle el boleto ahora, y volver luego, cuando acabe con mis ocupaciones?

GUARDIA: En primer lugar, no se pueden comprar los boletos, porque son demasiado caros para los seres humanos. El Gran Maquinista, cuando proyecto este viaje muchos siglos atrás, decidió que los boletos serian gratuitos, si se aceptaban ciertas condiciones.

ANA: Usted no me comprende. Mi futuro depende del resultado de estas actividades. Le aseguro que tendré tiempo de ir y volver. Por que no me da el boleto?

GUARDIA: Lo siento, pero es imposible. (Ana se va).

CANTORES: Himnario Adventista, #185 "Hay un Mundo Feliz mas Allá".

VIRGINIA: Dígame, señor, aquí se compran los boletos para la Nueva Jerusalén?

GUARDIA: Si señorita; pero los boletos no se venden.

VIRGINIA: Pero yo quiero viajar. Si no se venden, por que se le da tanta publicidad a este viaje? Como puedo hacer para conseguir un boleto?

GUARDIA: Hace mucho que se pago el precio de su boleto. Falta que usted decida si lo va a aceptar. Para eso debe apartarse de sus pecados. Ese equipaje no cabe en el tren.

VIRGINIA: Lo único que podría parecer malo es que leo novelas y cuentos livianos. Pero no vea nada malo en eso, porque mientras me entretengo leyendo, no hago otra cosa peor.

GUARDIA: Así que cree que eso le hace bien? Píenselo otra vez. Piense en cuantos capítulos de la Biblia esta leyendo actualmente. Piense en el ánimo que imparte a los enfermos que visita con el producto de su lectura. Vale la pena gastar su tiempo en eso?

VIRGINIA: Tiene razón, no vale la pena. Amo tanto a Dios que abandonare todo lo que sea necesario para poder verlo cuando venga. Me puede dar el boleto ahora?

GUARDIA: Como no!

MATRIMONIO JOVEN; EL: Nos hablaron mucho del viaje a la Nueva Jerusalén. Que debemos hacer para conseguir un boleto?

GUARDIA: Examinen su vida para ver si guardan pecado. Arrepiéntanse y apártense de el. Luego confíen en Jesús, quien hará lo demás.

EL: Me siento indigno de su bondad; pero no recuerdo ningún pecado oculto en mi vida. Diariamente ruego a Dios que purifique mi vida de toda escoria. No quiero que nada me separe de Dios.

GUARDIA: Aquí tiene su boleto. Y usted? (A ella).

ELLA: Le confieso que mi esposo piensa que yo soy muy criticona; pero, vea usted, algunas personas de la iglesia proceden de una manera que dan mucho que pensar; lo mismo digo de muchos pastores. Pero,.... ahí tiene usted, en el anden esta el Hermano X, con su boleto en la mano; usted viera el genio que tiene; es cierto que después de sus estallidos se arrepiente, pero eso no es cristianismo. Mientras la gente se porte de esa manera, me parece que no es tan malo que yo hable de ella, siempre que haga mis comentarios en casa o entre un grupo de amigos íntimos. De todas maneras quiero ir con mi esposo, así que...

GUARDA: Lo lamento, pero no podrá viajar mientras siga pecando por criticona.

EL: Entonces yo tampoco iré.

GUARDIA: Reconozco que el problema es muy doloroso. Pero recuerden que Jesús dejo el cielo por ustedes. Y usted, joven, no olvide que posiblemente nos toque dejar nuestros amigos y hasta nuestra familia para entrar en el reino. Debe abandonarlo todo y seguirlo. Decídase pronto, que el tren llegara dentro de poco.

ELLA: No me aflijo por ir. Hay demasiados pecados en la iglesia. Esperare hasta que los miembros de la iglesia cambien de actitud. Adiós.

CANTORES: Himnario Adventista, #183 "Promesa Dulce".

EL: Déme un boleto, por favor.

GUARDIA: Sírvase.

DONALDO: CUANDO SALE EL TREN PARA LA NUEVA JERUSALEN? HAY TIEMPO PARA SEGUIR UNA CARRERA LARGA?

GUARDIA: El tren debe llegar de un momento a otro.

DONALDO: No saldrá otro después?

GUARDA: Este es el único tren.

DONALDO: El campo de la ciencia siempre me fascino, y supongo que me convendría dedicarme al estudio de la misma mientras espero. Claro que para ello tendré que asistir a clase los sábados y dar examen en ese día, tendré que asistir a las fiestas y bailes que organiza el alumnado. De todos modos estoy seguro de que al Maestro le interesaría tener un sabio en su reino.

GUARDIA: A Dios no le interesan los sabios que para conseguir sus conocimientos despreciaron sus mandamientos y preceptos y no se preocuparon de darle honra ni pensaron en su obra.

DONALDO: De todas maneras, me gustaría comprar el boleto ahora por si cambio de idea.

GUARDIA: Los boletos se dan gratuitamente a todos los que aceptan los reglamentos. No se admite dilación. Ahora hay que decidirse.

DONALDO: Puedo dejar pasar algunos días antes de decidirme? Debo retirarme a algún lugar donde pueda meditar. Nunca pensé que fuera tan difícil conseguir pasaje para el cielo. (Empieza a retirarse).

GUARDIA: Y que me dice si el tren se va antes de que usted vuelva? No se harán cambios de última hora. Lamento no hacerlo convencido. Buenos días, señor.

(Se van todos de la plataforma. El encargado grita: "Pasajeros al tren". Se oye un silbato. Se produce silencio durante unos segundos).

 

HIMNO: Himnario Adventista, #496

"Jerusalén, mi Amado Hogar".

 

ANA: (Llega corriendo) Donde esta mi boleto? El tren todavía no salio de la estación. Llamare a esta puerta: (Llama con más fuerza cada vez). Ah, ya se va. ¡Lo perdí para siempre! Es demasiado tarde.

CONCLUSION

Querido joven cristiano y amigo visitante, que Dios te ilumine el camino que conduce a la Nueva Jerusalén.

 Ya se acerca el día cuando emprenderemos el viaje a la ciudad de Dios. Prepárate para el viaje de tal manera que no corras el riesgo de quedarte. Mantén tu luz encendida y en alto alumbrando a otros el camino a Cristo y procura que tu vida provoque sed de Cristo donde quiera que te toque estar.