Artículo: Ya no quiero vivir

 Hugo era mi compañero en la institución donde cursé mis estudios profesionales. Era un buen amigo, alegre, sano, con buen historial académico, sin carencias económicas, a punto de iniciar sus prácticas profesionales en una empresa y próximo a terminar su carrera.

 

Eran vacaciones de verano cuando recibí un correo electrónico, Hugo había muerto. Llamé a su casa, me informaron  que Hugo había decidido terminar con su vida. ¡Trágico!

Datos estadísticos

El Instituto Nacional de Estadística Geografía e Información (INEGI) registró que en el año 2011 hubieron 5,718 suicidios de los cuales el 80.8% fueron hombr y el 19.2% mujeres. El grupo más vulnerable son los adolescentes de 15 a 19 años.

Otro dato importante es que en el interior del país, los estados más afectados son el D.F. Tabasco, Yucatán y Guanajuato presentan tasas mayores a 11 defunciones por cada 100 000 adolescentes, mientras qie em el extremo contrario Baja California Sur, Nuevo León y Tamaulipas son entidades que presentan las menores tasas que oscilan de 1.6 a 3.1 suicidios por cada 100,000 adolescentes.

¿Pero cuáles son los motivos por los que un joven, con un futuro prometedor como el de Hugo, le pone fin a su existencia? Psicologos de prestigiosas universidades e instituciones de salud en nuestro país indican que se debe a diferentes causas, entre las cuales mencionan la depresión, el estrés, consumo de drogas y alcohol, las cuales a su vez son conseucencia de conflictos familiares, rupturas amorosas, soledad. Pérdida de un ser querido, problemas económicos, desempleo, presión de padres y maestros, bajo rendimiento escolar, entre otras.

El suicidio y el joven cristiano

¿Es posible que un joven cristiano tenga pensamientos suicidas en algún momento de su vida? Una de las razones principales de suicidio que rara vez se menciona en los estudios referentes al tema , es la ausencia de ideales religiosos. La persona que atenta contra su vida cree que no existe otra salida, que no hay solución a sus problemas, que se acabaron sus esperanzas. Pero quien conoce a Dios sabe que en esta vida todo tiene solución, es cuestión de tener fe. Como joven debes comprender que todo tiene un porqué.

Dios usa las pruebas, adversidades y crisis para cumplir sus propósitos en tu vida. Es en esos momentos donde debe emerger tu fe en las promesas de Dios y la seguridad de que él está al control de todas las cosas. Eso te dará una perspectiva diferente ante las situaciones difíciles. Si tienes este conocimiento, esta esperanza, difícilmente pensarás en el suicidio como la “salida” a tus problemas.

“Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar” (1Cor. 10:13).

 

La biblia menciona algunos casos  de personajes que optaron salir por la “puerta falsa”: Saúl, Ahitofel, Zimri, Judas Iscariote, entre otros. Si analizamos la historia de cada uno de ellos, encontraremos que tienen algo en común:ninguno tenia una verdadera relación con Dios. No son personajes a los que consideremos como hombres de Dios o héroes de la fe.

El suicidio transgrede el sexto mandamiento de Dios “No matarás”. Pero además le cierra la puerta al espíritu de Dios, lo cual como ya es sabido, constituye el pecado imperdonable.

Es un error asumir el papel de Dios y decidir uno mismo el final de su existencia. La Biblia afirma que nuestro cuerpo es morada del Espiritu Santo, que no es de nuestra propiedad. Por lo tanto, no le corresponde al ser humano dañarlo ni atentar contra su vida. El apóstol Pablo confirma que debemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo y espíritu.

¿Cómo puedes ayudar a una persona con ese tipo de pensamientos? Actualmente existe muchísima información que puede ser útil para detectar señales de advertencia en alguien que presente estas tendencias, así como para ayudarlo y aconsejarlo. Sin embargo, lo primero que debería hacerse es instarlo a platicar con Dios, mediante la oración. De igual forma ayudarlo a conocer a Dios, a escucharlo, mediante la lectura de la Biblia. Se debe buscar ayuda profesional especializada, una mejor comunicación con la familia, nuevas metas, abandonar malos hábitos, y buscar nuevos intereses como practicar un deporte, tener una mascota, tocas algún instrumento, leer un libro, ayudar a otros.