Las drogas, una trampa mortal

Las drogas pueden parecer inofensivas, pero al probarlas siempre saldrás perdiendo, incluso la vida eterna.

Formas parte de una generación con grandes oportunidades. Una época en la que hay tremendos avances tecnológicos y muchísima información disponible sobre casi cualquier tema para tomar decisiones. Pero también existen abundantes peligros. Uno de estos ha arrastrado a muchísimas personas en los últimos años, principalmente jóvenes y adolescentes, sim importar edad, sexo y condición social. Me refiero a las drogas.

 ¿Por qué se drogan los jóvenes?

Depresión

Para lograr aceptación

Presión de los “amigos”

Sentir “placer”

curiosidad

Rebeldía

Diversión

Sin embargo, seguramente existe algo más detrás de todas esas razones dadas. Tal vez para satisfacer alguna necesidad cualquiera que sea. ¿Logran este objetivo las drogas? ¿No será que la mayor necesidad de los drogadictos es tener a Dios en sus vidas? El Creador llena cualquier vacío del alma, da una nueva perspectiva de la vida y brinda sentido a la existencia.

Todas las  las drogas presentan bajo máscara con una imagen positiva, atractiva. Sin embargo, esa máscara desaparece muy pronto. Rápidamente las drogas empiezan a mostrarse tal como son: agentes de dolor y causantes de múltiples trastornos.

Quiero mencionarte algunos de los perjuicios a la salud física y mental más graves que acarrea el consumo de las drogas. En cualquier contacto con las drogas, la persona pierde algo; en última instancia, la vida, incluso aunque haya consumido por primera ocasión. Cualquiera sea la sustancia, drogarse produce una alteración de los sentidos que puede resultar en cualquiera de las pérdidas que te voy a mencionar.

 1.            Pérdida del sentido de personalidad e identidad.

Las drogas con efectos alucinógenos hacen que la persona adicta se comporte de una manera totalmente inusual, contraria a su personalidad. Quienes recurren a las drogas “para olvidar” suelen buscar a propósito este efecto “despersonalizador”. Sin embargo, luego viene mayor confusión y culpa.

 2.            Perdida de la dimensión moral.

 Bajo influencia de las drogas, una persona distorsiona los límites entre lo que esta bien y es seguro; y lo malo y peligroso. Se puede incurrir en conductas que conscientemente serían impensables. Aumentan muchísimo las posibilidades de cometer un crimen.

 3.            Perdida de las facultades mentales.

Durante el efecto inicial de exitación y euforia, la persona está demasiado estimulada como para hacer pleno uso del razonamiento. Pasado el efecto inicial, puede experimentar profunda soñolencia, depresión e irritabilidad, o hasta pánico.

4.            Perdida de la habilidad de comunicarse inteligentemente

 Bajo el efecto de las drogas se hace más fácil articular con inteligencia las palabras. Pero mucho más alarmante es el efecto  a largo plazo. Según la Universidad de California, en los Ángeles, las drogas pueden llegar a dañar la zona neurológica cerebral que tiene que ver con a facultad del habla.

5.            Perdida de la percepción el tiempo pasado, presente y futuro.

Confusión de la dimensión temporal es otro de los efectos conocidos. Pasada la influencia de las drogasm muchos jóvenes ni se acuerdan lo que hicieron y pueden estar durante horas confundidos con respecto a dónde están y adónde iban.

 6.            Pérdida de la correcta dimensión de las distancias.

 También es bien conocida la relación entre los accidentes de tránsito y la drogadicción. Algunas drogas confunden tanto a la persona, que le es difícil mantener el equilibrio y calcular las distancias.

 7.            Pérdida de las facultades espirituales y de servicio

 El cuerpo u la mente quedan incapaces de escuchar la voz del Espiritu Santo. Se profana su templo con daños irreversibles. Se pierden los dones, talentos y toda capacidad de servir a Dios y al prójimo.

 Además de todo eso, las drogas dañan, entre otras cosas, al corazón, la médula ósea, la sangre, los pulmones, el hígado y ni hablar de los perjuicios sociales.

Las drogas están presentes en un alto porcentaje de accidentes de tránsito, suicidios, delitos juveniles, homicidios, asaltos, abusos a menores y violencia en el hogar. ¿Aún podría alguien atreverse a decir que son inofensivas?