Artículo: ¿Por qué se van los jóvenes de la iglesia?

Hace tiempo, observaba con gran nostalgia la fotografía de un grupo de amigos muy queridos. Fue una Federación de Jóvenes Adventistas, donde pasamos tiempos lindos y tuvimos la oportunidad de disfrutar muchas experiencias inolvidables.

El tiempo ha transcurrido. Aunque todavía tengo la fotografía del recuerdo, de algo puedo estar completamente seguro. Ninguno de ellos está en la iglesia.

¿Por qué muchos jóvenes abandonan la iglesia? No se requiere de un estudio científico para darse cuenta de que las Sociedades de Jóvenes están sin jóvenes, y en otros lugares ni siquiera funcionan adecuadamente. La ironía es tan grande, que incluso algunos la llaman: “La soledad de jóvenes”.

En muchas iglesias los programas no logran llenar las necesidades reales de la juventud. No pretendo tener todas las respuestas ante este gran dilema, pero déjame compartir contigo algunas inquietudes, fruto de un permanente dialogo con jóvenes,  líderes y pastores que están preocupados por lo que sucede. Lo que se hace como iglesia o se deja de hacer influirá en la salvación de los jóvenes.

 Factores que influyen en la deserción de los jóvenes

 1.- Rechazo en las nuevas ideas y planes de la nueva generación.

 A veces olvidamos que el gran movimiento adventista comenzó con jóvenes, ellos tenían inquietudes, ideas innovadoras y creativas que en su tiempo fueron consideradas ´pr muchos como “fuego extraño”. El diablo no desiste, él sabe que si logra desanimar a la juventud para impedir que asuma el liderazgo, el crecimiento de la iglesia se detendrá. La iglesia necesita reconocer con urgencia que la nueva generación que tenemos no piensa igual que la generación  de las décadas de 1960, 1970, y 1980. Todas las ideas nuevas o creativas deben ser bienvenidas, mientras los principios de la palabra de Dios se mantengan firmes e inquebrantables. No olvidemos el consejo del sabio que dice: “Surgirán nuevos métodos y nuevos planes de nuevas circunstancias. Vendrán nuevos pensamientos con los nuevos obreros que se dediquen a la obra. A medida que acudan al Señor en busca de ayuda, él se comunicará con ellos”. Testimonios para la Iglesia t6. P. 474.

 El profesor Roger I. Didley en su libro titulado Why Our Teenagers Leave the Church expresa lo siguiente: “La gente nueva representa nuevas ideas, el cambio y la gente mayor lo ve como una amenaza”.

 

2.- Incongruencia entre nuestras creencias y nuestro comportamiento como miembros de la iglesia.

Los jóvenes no son ingenuos, fácilmente detectan la hipocresía, y lamentablemente la observan muy amenudo en muchos miembros de la iglesia. Esta conducta anacrónica se revela principalmente en el hogar. Si cada sábado a la hora de la comida dedicamos suficiente tiempo para criticar el sermón del culto divino, hablar mal del pastor, asociación, de la escuela, de la iglesia, si a cada momento expresamos “nuestro celo por la iglesia”, manifestamos nuestra amargura. Solo estamos sembrando mala semilla en el corazón de los jóvenes. Cuando ven que la vida de sus padres no concuerda con sus creencias, entonces surge una crisis en el corazón del joven. La conclusión a la que llegan muchos jóvenes es que la iglesia está llena de hipócritas.

 

3.- Legalismo en la iglesia. Es lamentable que muchos líderes en las iglesias estén más preocupados por las reglas, las normas y la liturgia de tal forma, que atiborran a los jóvenes con una serie de prohibiciones: “No hagas eso” “No uses aquello”; “No vayas allá”. Elaboramos toda una teología centrada en la conducta (vestido, dieta, música y otros más), en lugar de centrarnos en una relación de amor, la cual es la llave que lleve al cambio de todo joven.

 El amor transforma, la imposición genera rebeldía y rechazo. Muchos jóvenes y adolescentes dejan la iglesia, porque ellos perciben que la iglesia está más interesada en su conducta, cuando lo que ellos buscan son relaciones afectivas y aceptación incondicional. Una joven dijo en cierta ocasión: “Nosotros no dejamos la iglesia por causa de la doctrina, sino por la carencia de amor, aceptación y una mente abierta a nuestras nuevas ideas creativas”.

 

4.- Apatía y poco interés para trabajar en el ministerio juvenil.

Muchos jóvenes perciben que la iglesia es irrelevante a sus necesidades y no hace una diferencia en sus vidas. Los programas de Sociedad de Jóvenes a menudo se realizan de forma improvisada, sin una temática general y un ministerio bien definido. Invertimos grandes cantidades de dinero en campañas de evangelización, programas y estrategias, pero no dedicamos tiempo a la materia prima más importante de la iglesia: los jóvenes. Si deseamos atenderlos, los líderes de la iglesia deben tener más cuidado, crear espacios para la participación de los jóvenes en el liderazgo de la iglesia local y en el desarrollo de un verdadero discipulado. Eso requiere compromiso, sacrificio y entrega.

 El papel del pastor juega una parte fundamental en la implementación de un ministerio juvenil exitoso en la iglesia local. Pero en muchas iglesia hoy en día, los jóvenes no son la principal prioridad dela agenda.

 

5.- Intolerancia

Los jóvenes están cansados de que se les juzgue por cómo visten, el tipo de música que escuchan, el estilo de adoración contemporánea que les gusta. Dios no nos ha señalado a nosotros los adultos decidir quién tiene una autentica experiencia cristiana y quien no. A menudo, en muchas iglesias donde el legalismo y la intolerancia se practican, hay un aumento en la deserción de los jóvenes, y proliferan las caídas y los escándalos morales. Aceptar a los jóvenes a pesar de sus fallas, mostrarles el gran amor que Dios tiene sobre ellos debe ser nuestra gran prioridad.

Sin duda hay muchas causas, pero espero que despierte en ti una profunda inquietud, ¡ya es tiempo de que hagamos algo! ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados! Muchas iglesias ven cómo la juventud se va sin darse cuenta que la misma iglesia ha abandonado a la juventud.

 

Para reflexionar:

 

¿Qué podemos hacer como iglesia para rescatar a los jóvenes que han abandonado la fe?

 

¿Por qué no nos reunimos con los líderes de la iglesia y hacemos un plan radical que renueve el ministerio juvenil de la iglesia local?

 

¿Qué hemos logrado con asumir una actitud crítica, legalista e intolerante ante los jóvenes, por el solo hecho de que ellos piensan diferente a nosotros los adultos?

 

 

 

El autor, Pr. Pablo Partida Gómez, actualmente es el Director Editorial de la Revista Expresión Joven en México.