Los «nunca» del matrimonio que debes aprender, para ser feliz.

Todos los matrimonios deseamos ser felices plenamente, teniendo una vida llena de amor, paz y tranquilidad con quienes amamos. Sin embargo, ese deseo e ilusión en algunas ocasiones se desvanece, perdiendo fuerza y vitalidad cada vez que existen conflictos.

Es inevitable no tener diferentes ideologías y puntos de vista sobre las situaciones de la vida, y más cuando se trata de pensamientos y personalidades distintas. Sin embargo, el objetivo es claro: llegar al éxito del matrimonio, para tener una relación sólida y estable, en la cual la pareja se pueda apoyar, ayudar y salir adelante.

Por tal motivo debemos aprender “los nunca del matrimonio”

1 Nunca discutir delante de los hijos.

Los expertos aseguran que cualquier tipo de discusión ya sea con gritos, violencia e insultos o de manera pasiva, llegan a afectar la salud física y emocional de los hijos. Ellos, aunque sean pequeños e inmaduros, se dan cuenta cuando algo no anda bien entre sus padres, por lo que los pondrá en alerta constante para evitar sufrir la tragedia del divorcio o separación.

Algunas enfermedades físicas y psicológicas que pueden presentar los niños por causa del estrés son: las alteraciones cardíacas, desequilibrios hormonales, retraso en el desarrollo del cerebro, problemas de sueño, ansiedad, depresión y de comportamiento.

Esto se debe a que los niños tienen una manera peculiar de entender e interpretar los conflictos de los adultos, ya que no son suficientemente maduros para comprender las razones; lo único importante para ellos es no perder el amor de sus padres.

Es fundamental entonces explicar a los hijos que es normal que los padres tengan desacuerdos, es parte de las relaciones en pareja, pero que esas discusiones los ayudan a conocerse mejor y encontrar soluciones a los problemas.

De acuerdo con la edad que tengan los hijos, se puede aclarar las causas de los conflictos y las maneras posibles de resolverlos, esto brindará una enseñanza valiosa que podrán poner en práctica en el futuro.

2 Nunca perder el romanticismo

La rutina, el aburrimiento, la carga de responsabilidades y obligaciones, así como también los problemas en general, causan conflictos de pareja, provocando que la pasión y el romanticismo se deje a un lado, para darle prioridad a otras cosas.

Sin embargo, si se abandona esa parte fundamental del amor, es probable que la relación llegue a terminar. Por ello, nunca se debe perder y dejar en segundo plano el romanticismo; esas acciones y demostraciones de amor que te hacen vibrar de emoción, que te llenan de alegría y paz el alma. Como por ejemplo: las cenas románticas, las sorpresas inesperadas, los mensajes de texto, los viajes, las caricias, los besos profundos y esas miradas coquetas y reveladoras.

3 Nunca tener conflictos con la familia política

Una buena relación con los suegros, cuñados, primos y demás parientes de tu pareja, es fundamental para tener armonía en el hogar. Recuerda que cometerás un grave error al arriesgar tu matrimonio si pones a tu pareja entre la espada y la pared, al tener que decidir sobre el amor que le tiene a sus padres y el tuyo.

Ellos nunca dejarán de ser sus padres, por lo que es recomendable evitar conflictos con ellos. Mantén tu distancia, establece límites y sé cordial y respetuosa; además también porque son los abuelos de tus hijos.

4 Nunca se olviden de Dios

Dios es todo poderoso, misericordioso y majestuoso, con Él a tu lado, seguro que tu matrimonio será bendecido. La parte espiritual es algo que no debe dejarse a un lado, ya que si los dos ponen a Dios en su corazón y lo aceptan como el único rey y salvador, tendrán la suficiente sabiduría para tener éxito en su relación.

Recuerda: para Él nada es imposible, por lo que dejar tus cargas emocionales, tus problemas y aflicciones a su mando, te dará la certeza de que tus sueños, por más difíciles que parezcan ser, podrán materializarse y realizase.

5 Nunca dejen de pensar en el otro

La aromía en el matrimonio se da cuando los dos aprenden a escucharse, dejando que la pareja tenga la libertad de expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos, para apoyarla; eso es respetar la individualidad de cada quien. Sin embargo, cuando se trata de tomar decisiones que involucren el bienestar común, es importante tomarlas en conjunto, como el equipo que son; como decía mi padre «dos cabezas piensan mejor que una».

Es por ello, que nunca deberán pensar o hablar en singular cuando a temas de la pareja se refiere; el matrimonio es la unión perfecta para  conquistar los sueños y anhelos de forma más sencilla e ideal.

6 Nunca hablen mal del cónyuge con nadie

Es frecuente que entre amigas (os), se tengan conversaciones sobre las relaciones que mantienen con sus parejas, y de los problemas que han enfrentado y vencido juntos; como una manera de empatizar y aprender de las experiencias de otros.

Sin embargo, procuren tener su intimidad y discusiones de su vida matrimonial en privado, fuera del alcance de los demás;  ya que el peor error es hablar mal del cónyuge, pues los amigos podrían tomar partido por el amigo en cuestión (la víctima); esto puede provocar que una discusión marital simple, se salga de control. Al final de cuentas tu cónyuge es la persona que amas, ¿por qué hablar mal?

7 Nunca se griten

Los gritos, la violencia física, los arrebatos, los insultos, están fuera de lugar en las relaciones amorosas. Cuando se pierden los estribos y el control de las emociones, es probable que la persona amada salga totalmente herida y lastimada, provocando un daño irreversible en su alma, corazón y memoria.

Dicen los expertos que el cerebro recuerda más fácil las cosas dolorosas que las alegres, esto es porque en momentos de tensión y estrés se libera una hormona llamada noradrenalina, conocida como lucha o huida, de esa forma el recuerdo se graba en el cerebro.

8 Nunca se duerman sin terminar una discusión

Muchas veces cuando pasamos por algún tipo de adversidad o inquietud, lo recomendable es dormir, ya que a nivel subconsciente se logra obtener soluciones a los conflictos y las ideas llegan a la mente con mayor claridad.

Sin embargo, en una discusión marital no es recomendable irte a dormir con tus emociones negativas a flor de piel, como el coraje, rencor, rabia y furia, pues es probable que el subconsciente llegue a distorsionar la realidad, y sobre todo que aleje la intención de resolver el problema, aniquilando la probabilidad de arreglar la situación.

Por ello, es que nunca deberán dormir peleados, lo ideal es que arreglen sus diferencias y calmen por completo sus emociones, para lograr así tener un sueño reparador.

 

Ahora ya lo sabes, ten en mente estos consejos y ponlos en práctica, para que tengas un matrimonio feliz y estable.

 

 

Por: Adriana Acosta Bujan