Hábitos de estudio y salud

¿A punto de comenzar la universidad? ¡Empaca tus buenos hábitos y llévalos contigo!

Durante la nueva etapa que estás por iniciar, habrá cambios en tu vida académica y social. En general, la vida estudiantil se relaciona con malas prácticas de salud; sin embargo no iene que ser así. Considera los hábitos de los buenos estudiantes, que contribuyen al bienestar físico y emocional

Actividad

¿Acostumbras dejar los deberes para última hora? ¿Estudias todo el material de dos meses de clase en una noche antes del examen? Pues asume tu responsabilidad y ten iniciativa. Deja de aplazar tus compromisos. A los estudiantes activos los motiva el conocimiento y participan activamente en sus labores. Sin embargo, los que tienden a procrastinar, tienen un desempeño académico más pobre. Los que “dejan para mañana lo que pueden hacer hoy” tienen un mayor nivel de estrés negativo y después del semestre, hasta enferman.

Si este es tu caso, quizá te funcione la técnica Pomodoro. Consiste en dividir el tiempo en intervalos de 25 minutos. Durante esos tiempos concéntrate en estudiar o hacer tu trabajo sin distraerte (internet, videojuegos, televisión). Una vez que se cumpla el plazo, usa cinco minutos para relajarte; luego tomas otros 25 minutos de trabajo y así sucesivamente.

Utiliza el estrés a tu favor

Según la psicología actual, el estrés es negativo o positivo, depende de cómo lo percibe cada quien. El estrés es la reacción de tu cuerpo que te prepara para luchar o huir. Si lo consideras como una respuesta que te ayuda a motivarte y tener determinación entonces es positivo. Una señal de que es negativo, es cuando huyes de los desafíos y pospones todo. Recuerda que evadir los problemas no los desaparece.

Duerme bien y evita las bebidas estimulantes

Dormir revitaliza tu cuerpo, te ayuda a estar de buen humor y que funcionen todas las capacidades de tu crebero; memorizas, aprendes y razonas. Estudios recientes demuestran que restar horas a tu sueño es de lo que más perjudica tu aprendizaje; disminuye tu concentración; te provoca somnolencia, disminución del sistema inmune de tu cuerpo, problemas gastrointestinales como colitis, gastritis, estreñimiento y diarrs, así como mayor riesgo de sufrir accidentes. Otro error es que procures “activarte” con el consumo de alimentos no nutritivos altos en calorías y bebidas estimulantes, porque se altera tu ritmo circadiano, tu pero corporal; sientes ansiedad y mal humor.

Aprende a aprender

Es importante que descubras cual es tu modo de aprender, si no lo sabes todavía. Determina si te resulta mejor estudiar a solas, con un grupo de amigos, o una combinación de ambos métodos. También, elige el lugar donde se te facilita concentrarte y te distraes menos, probablemente sea tu cuarto, la biblioteca u otro medio de estudio.

Ejercitate

Te beneficiarás ampliamente que incluyas el ejercicio en tu agenda estudiantil, ya que mantiene o mejora tu salud física y mental. Cada sistema de tu cuerpo se beneficia con la actividad física. Además te distraerá de tus actividades escolares y aprovecharás ese tiempo para convivir con tus amistades.

Come bien

La buena nutrición es fundamental en cada etapa de tu vida. Como joven estudiante, tu cuerpo demandará combustible para generar energía, así como vitaminas y minerales. En ese sentido,  no dudes en iniciar el día con un desayuno que incluya frutas, cereales integrales y alguna fuente de proteínas (leche de soya o almendras, nueces, mantequilla de cacahuate)

 Cuida tu sistema inmunológico al consumir alimentos ricos en vitamina C como cítricos, guayabas, kiwis, fresas. Si permaneces, más de cuatro horas en la escuela, procura llevar alguna fruta para comerla como tentempié; es un alimento portátil, de rápida digestión y te proveerá energía para continuar unas horas más.