El diablo no puede obligarte a que hagas algo que va en contra de tus principios. Él puede tentarte, pero solo tú decides.
1.- Evita los lugares de tentación (Rom. 13: 14; 2 Tim. 2:22)
Hay un principio muy sencillo y elemental en la vida cristiana: nunca estés cerca de quello que tú sabes que eres débil. Si ciertos amigos, películas o páginas de Internet pueden despertar en ti la tentación, ¡Aléjate! No juegues con fuego, puede ser demasiado peligroso. Quédate en lugares públicos, siempre busca apoyo cuando te sientas débil.
2.- Toma la firme determinación de mantenerte puro. (Dan 1:8)
Antes que la tentación surgiera en la vida de Daniel, él tomó la decisión de obedecer la Palabra de Dios. Tú debes decidir de forma anticipada, cuando haces un compromiso con Dios, de mantenerte puro cada día. Tu fe se fortalecerá y estarás mejor preparado para enfrentar cualquier adversidad.
3.- Rinde cuentas a alguien (Heb. 10:25)
Busca un buen amigo espiritual que te anime en las cosas de Dios. Cuando sabes que tienes que responderle a alguien por tus acciones, eso te ayudará a no desviarte.
4.- Alimenta tu vida con la Palabra de Dios (Jos. 1:8)
Nos revela el secreto de cómo vivir una vida victoriosa: “Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de dia y de noche, para que hagas siempre lo que te ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien.” (Jos 1:8) La palabra de Dios es tu arma para vender la tentación. La fuerza de voluntad no es de mucha utilidad cuando enfrentas a satanás, Jesús usó la Palabra de Dios para enfrentar al enemigo. Si colocas la Palabra de Dios en tu corazón antes de la batalla, saldrás victorioso de toda prueba y adversidad.