Para perder su virginidad, siga al pie de la letra los siguientes pasos y sea feliz:
1. Escoja a una pareja con la que usted estaría tranquilo de ver a su hijo(a) comenzar una relación.
2. Defina el día, lugar y hora para el acto sexual. No olvide reservar un buen cuarto en un hotel cinco estrellas, este día es especial.
3. Imprima invitaciones, publíquelo en Facebook, Twitter, Google Plus y cuénteselo sin vergüenza a sus papás y a los papás de su pareja.
4. Pídale a los papás de su pareja que los lleven al hotel que han escogido para esta ocasión especial y que lleguen por usted al día siguiente.
5. Asegúrese antes de tener relaciones sexuales de guardar de una vez el vestido de novia y su traje de novio para que no se arruguen.
Así se pierde la virginidad como Dios manda. En paz, sin vergüenza, sin remordimientos, con la bendición de Dios, de los papás y de todos los familiares y amigos. Horas después del día de su boda cuando en el altar de la iglesia dice, sí acepto y se compromete a vivir con quien lo hará hasta que la muerte los separe. La virginidad es un regalo único para una persona única. Esta persona única y especial nunca será un novio o una novia aunque ya estén comprometidos.
La persona única es con la que dice en el altar de la iglesia: sí acepto y hasta que la muerte nos separe. Dios prohíbe las relaciones sexuales antes del matrimonio y fuera del matrimonio no para evitarnos vivir, sino para evitarnos sufrir.
La virginidad es el regalo más precioso que puede darle a su pareja. Regálelo el día de su luna de miel, en la tranquilidad de un hotel, con la bendición de sus papás, de sus amigos, de sus pastores o líderes espirituales. Todos sabrán qué están haciendo en el hotel y no habrá vergüenzas sino alegría y bendición. Se han fundido en un solo ser.”