Casarse, posiblemente es la segunda decisión más importante de nuestra vida. La primera obviamente es recibir a Jesús como nuestro Señor y salvador, La segunda es elegir a la persona con la que compartiremos el resto de nuestros días. La primera definirá donde viviremos en la eternidad, la segunda como viviremos aquí en la tierra.
Hay muchos parámetros, consejos, recomendaciones respecto a “con quien no debería casarse un hijo de Dios” pero con este post quiero que no solo evaluemos a la persona que esta o estará con nosotros sino a nosotros mismos, si somos la persona correcta para alguien más.
1. Alguien que no ama a Dios: 2 corintios 6:14 “No se unan ustedes en un mismo yugo con los que no creen. Porque ¿qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la oscuridad? 15 No puede haber armonía entre Cristo y Satanás, ni entre un creyente y un incrédulo. 16 No puede haber nada en común entre el templo de Dios y los ídolos. Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como él mismo dijo.” Mucho hemos escuchado acerca del yugo desigual y aunque la Biblia es específica respecto a este tema creo que muchas veces se ha malinterpretado, y esto ha traído consecuencias en noviazgos, relaciones y por su puesto matrimonios. Que alguien tenga el título de “Cristiano” no quiere decir necesariamente que ame a Dios, por ende no es un yugo “igual” necesariamente. No es suficiente “creer”, sino obedecer Juan 14:21 dice “El que realmente me ama conoce mis mandamientos y los obedece.” Y entonces, ¿Cómo sabes si alguien ama o no a Dios? Mateo 7:20 dice “Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.” y con esto no quiero decir que una persona que ama a Dios es una persona perfecta, pero si será una persona dispuesta a agradarlo y a hacer su voluntad. Una persona que ponga la palabra de Dios por encima de lo que piensa, siente, incluso si debe renunciar a sus deseos personales para que Dios sea primero. Una persona que adora, pero no un adorador profesional, por fama o por rutina, sino alguien que de verdad adora con todo su corazón y que eso se note, no solo por la música que sale de sus labios sino por cada detalle de su vida. Una persona plantada en una iglesia, no un simple asistente sino un servidor que quiere establecer el reino de Dios en todo lo que hace.
2. Alguien mentiroso: Uno de los fundamentos sobre el cual se debe construir un buen matrimonio es sobre la verdad y la confianza mutua. Proverbios 12:19 dice “Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un instante.” Entonces, ¿Cómo pretendes que una persona que te miente constantemente permanezca en las promesas que te hará el día que estén en el altar?
3. Alguien materialista: Una persona materialista es incapaz de cumplir uno de los votos más importantes del matrimonio “en la riqueza y en la pobreza” Está claro que el propósito de Dios no es que vivamos arruinados ni que pasemos necesidades, pero si por circunstancias fuera de nuestro alcance debemos atravesar por una prueba financiera ¿Qué? Muchos matrimonios se disuelven cuando atraviesan una situación difícil económicamente, pues su fundamento no es amor (Como el que describe la Biblia) sino beneficio, siendo así una relación basada en “Lo que me puede dar” y no lo que “yo te puedo ofrecer.”
4. Alguien tipo “Playboy”: Volvemos al mismo punto; Que hayas conocido a esa persona en la iglesia no garantiza su pureza sexual. Si estas planeando o siquiera considerando compartir tu vida con alguien que te incita a tener relaciones sexuales antes del casarte, que impone sus deseos y pasiones por encima de la palabra de Dios puedes estar completamente seguro que después del matrimonio va a continuar con una vida sexual sin integridad dentro y fuera de él.
5. Alguien altivo: Una persona que cree que es el centro del universo y por ende todo debe girar alrededor de él/ella y aunque algunas personas con estas características llegan a ocupar cargos importantes o visibles dentro de la iglesia/ministerio no te dejes engañar, un verdadero líder primero es un siervo. Mateo 20:26 “Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás”. Humildad por encima de sus dones, sus talentos o su llamado.
6. Alguien que evade sus responsabilidades: Que Dios haya perdonado nuestro pecado no significa que no somos responsables de las consecuencias. Una persona que siempre evade sus responsabilidades y que nunca asume las consecuencias que trajeron sus actos o sus palabras, es una persona que no tiene el suficiente carácter para llevar el peso de una relación, menos el de un matrimonio.
7. Alguien tipo “Dalila”: La Biblia nos habla de Sansón, un hombre que perdió todo lo que Dios le había entregado por preferir a una mujer que su única intención era quitarle todo. Una persona que no ha sometido su sexualidad a Dios aunque diga ser seguidor de Él, puede fácilmente enceguecer y seducir al otro con sus encantos, romper su corazón y tal vez lo más peligroso, quitarle la unción y el propósito de Dios en su vida.