Cuando el amor se confunde con la pasión.
¡Estoy enamorado!, dijo Esteban, y así daba término a una extensa conversación en la cual su hermana Paola trataba de mostrarle el gran error que cometería si se casaba con Camila.
¡Estoy enamorado! ¡Cómo si con esas palabras se agotaran todos los argumentos, todas las posibilidades! ¿Qué significa enamorarse? ¿Es lo mismo que amar? ¿Es posible reconocer el verdadero amor?
En general, se asocia el enamoramiento con el verdadero amor; sin embargo, entre ambos conceptos hay grandes diferencias que es importante dilucidar, porque la idea que tengamos del amor afecta e influye sobre lo que pensamos sentimos y hacemos.
¿Qué es enamorarse? Las descripciones incluyen un amplio espectro de sensaciones. Entre los sinónimos más importantes se encuentran seducción, atracción, cautivarse, entusiasmarse, gustarse, encapricharse y hasta trastornarse. Según los consejeros y psicólogos especializados, el enamoramiento se caracteriza por una fuerte atracción física, en que la pasión es el único componente presente.
Atracción física + Enamoramiento = Enamoramiento
Según E.G. White, el enamoramiento es como un hechizo gracias al cual se oscurece la razón, se depone el criterio y se rechaza cualquier consejo contrario a la voluntad de los enamorados, que se vuelven indiferentes a las consecuencias de su inclinación.
Ciertas personas se inclinan a confundir el amor con las emociones o aun con el deseo. Pero las emociones ni los deseos son estables, todo lo contrario. El verdadero amor necesita tiempo: tiempo para compartir, tiempo para conocerse. Es delicado confundir deseo con el amor, porque eso supone enamorarse de una imagen, una fantasía, una persona inventada, a quien no se conoce de verdad y que tal vez no exista más que en la mente del enamorado.
Amor verdadero
Es un principio
Es un compromiso
Se basa en buen conocimiento y la realidad
Crece y madura con el tiempo
Pasión
Es una emoción
Es un deseo
Se basa en una imagen o fantasía
Es fugaz e instantáneo.
Es peligroso enamorarse de alguien a quien se ha idealizado debido a la atracción apasionada. Por lo tanto, es fundamental distinguir entre amor y enamoramiento. Pero nuevamente, esto implica tiempo.
Por otro lado, la atracción que existe en el enamoramiento ocupa solamente un breve perioso (unos pocos meses) y tiende a disminuir con el tiempo, mientras que cuando existe verdadero amor, se intensifica y se vuelve cada vez más profundo.
Se puede decir que en el enamoramiento se otorga una importancia excesiva a las emociones, impulsadas por la pasión sin considerar los aspectos racionales que examinan tales impresiones.
El enamoramiento se caracteriza por ver al otro parcialmente, concentrado en la percepción en aspectos positivos y negando o minimizando sus imperfecciones. Por tratarse de una visión limitada, se dice también que es un “amor ciego”. Sin embargo, el amor es ciego para el que no quiere ver.
A continuación mencionaré algunas indicaciones prácticas para los jóvenes cristianos que aman a Dios y desean evitar esa “ceguera”.
1. Escucha la opinión de los expertos.
Si tienes el privilegio de tener padres cristianos, escucha su opinión. ¡Tómala en cuenta! Si gozáis de la bendición de tener padres temerosos de Dios, consultadlos. Comunicadles vuestras esperanza e intenciones, aprended las lecciones que la vida les enseñó, dice E.G. White.
2. Analiza y compara los objetivos de cada uno
¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo? (Amós 3:3). Aquel joven o señorita que ame a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas, tendrá por objetivo honrar y glorificar a Dios en cada aspecto de su vida; especialmente en las elección de un(a) compañero(a) especial.
3. Conoce el tempramento de tu enemorado(a), y el tuyo, para así tener una apreciación detallada.
El temperamento es el conjunto de características heredadas de una persona, que la llevan a relacionarse e interactuar con el medio de una manera determinada. Es importante preguntarse cuáles son las virtudes y los defectos del temperamento de la persona que te gusta.
4. Cultiva la amistad por medio de una comunicación transparente y fluida. El amor verdadero nace del dialogo, crece en la amistad y en la dificultad; lo nutre la generosidad, lo protege la comprensión, lo consolida la unión definitiva, lo guarda la fidelidad y lo exalta la delicadeza, mezcla de intimidad y de respeto.
5. Busca a Dios en oración. Es el consejo de E.G. White, Los que deciden no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios, sabrán, después de presentarle su caso, exactamente que conducta seguir. Y recibirán no solamente sabiduría, sino fuerza. Se les impartirá poder para obedecer y para servir, según lo prometió Cristo.
Es posible que la relación que has comenzado con alguien no es recomendable. Te has dado cuenta de que te enamoraste, pero no sabes si verdaderamente amas a la persona. No obstante, has persistido en dicha relación porque consideraste que no habrá otra persona que te quiera tanto; o bien, que nunca te habían hecho sentir así. Sin embargo, es importante recordar que Dios quiere “algo mejor” para sus hijos. Existe algo mejor. Piénsalo y reflexiona.