Amarás a Dios más que a tu pareja.
Los creyentes que se encuentran en una relación de noviazgo, deben asegurarse que conservan su primer amor por Dios y que lo mejor de su tiempo y de su devoción será dedicados a El. Cuídate de no hacer de tu pareja un ídolo ( Exodo 20:3-5)
- La meta del noviazgo es el matrimonio.
Toda relación de noviazgo tiene un como único y final objetivo el santo matrimonio. Cuando una pareja decide empezar esta relación, es porque ambos han entendido que están comprometidos para pasar juntos el resto de sus vidas. Por eso, no se debe empezar un noviazgo, si antes no hubo un tiempo prudente de conocimiento mutuo, a través de una amistad cercana.
- No fornicarás.
La Biblia dice que el creyente debe huir de la fornicación (1 Corintios 6:18). Los novios cristianos deben mantenerse alejados del pecado. Las relaciones sexuales antes del matrimonio son un pecado que traerá consecuencias negativas a la pareja.
- Eviten estar ambos solos.
Con el fin de no exponerse a una situación pecaminosa, los novios deben evitar estar solos en un lugar. Para este efecto, es mejor estar siempre acompañados de amigos o familiares o de una persona que pueda servir de chaperón.
- Muestren respeto mutuo.
El respeto, junto al amor, constituyen la base donde se fundamenta toda relación matrimonial. Por eso, el noviazgo esta supuesto a ser una etapa de armonía e ilusión y cuando se cruzan las lineas del irrespeto, entonces la pareja está sentando las bases para un fracaso. Donde no existe el respeto, no puede haber una relación saludable, ni duradera.
- Hablar de los temas sensibles.
Como toda relación, los temas sensibles (si los hay) deben hablarse con apertura, transparencia y respeto. Cuando se evita tocar los temas “incómodos” entonces, es muy peligroso de cara al futuro. Tarde o temprano lo que no se resuelve conversando, será motivo de discusión y de crisis.
- Ahorren dinero.
Como parte de la preparación para una eventual boda y para la formación de una futura familia, es importante ahorrar dinero. En este sentido si ambos están trabajando, deben ponerse de acuerdo en cuanto a las cuentas, gastos y los ahorros. Para mejores resultados en cuanto a las finanzas, ambos deben estar comprometidos para llevarlo a cabo.
- Busquen un mentor.
Como parte de la preparación para el matrimonio, es de vital importancia que los novios puedan tener una persona (o una pareja casada) que pueda servir de mentores y a quienes se les pueda rendir cuentas. Estas personas deben ser cristianos maduros y de buen testimonio para guiar a la futura pareja durante el noviazgo y el matrimonio. Para que la tarea de los mentores sea efectiva, se debe procurar la mayor sinceridad y transparencia de parte de los novios. Asimismo, se recomienda charlas prematrimoniales para que la futura pareja pueda tener una perspectiva más amplia y objetiva, de la decisión que han tomado.
- Conoce la familia de tu pareja.
Entendiendo que todas las familias son diferentes, es importante procurar conocer a la familia de la pareja. Sobre todo a los padres, hermanos o la persona que representa su autoridad . Aunque en algunos casos esta figura de autoridad puede ser un hermano mayor, los abuelos o los tíos. Sea cual fuere, es saludable poder tener un conocimiento cercano de los familiares, pues cuando una pareja se casa, establece una relación con la nueva familia.
- Tener expectativas claras.
Expectativas claras nos evitan malos entendidos y decepciones. Por eso como parte del noviazgo, es necesario hablar de las expectativas que tienen el uno del otro. Así, ambos pueden saber que esperar y que no esperar cuando lleguen al matrimonio. En este sentido es muy importante, aclarar cuales son las expectativas en cuanto al dinero, los hijos que quieren tener, la frecuencia para visitar a la familia, etc. A partir de allí se pueden establecer acuerdos y así se evitarán un sin número de conflictos y desilusiones.