Para una iglesia Adventista del Séptimo Día naciente y carente de recursos financieros, construir una institución de salud en donde se practicara la medicina preventiva, era un enorme desafío.
Sin embargo, después de una campaña de recolección de fondos, el 5 de septiembre de 1866 abrió sus puertas la primera institución de salud adventista, en el que contaban con dos médicos, una enfermera y seis asistentes. Pero poco tiempo faltó para que las instalaciones resultaran inadecuadas e insuficientes para atender al gran número de pacientes que, llegaban de distintos lugares a Battle Creek para recibir los beneficios terapéuticos.
La expansión
Ante la necesidad de ampliar la institución para satisfacer la demanda de pacientes, se imponía la urgente preparación de jóvenes adventistas talentosos para el ejercicio de la medicina. En 1872 fueron enviados 4 jóvenes a una escuela de estudios para médicos en el estado de New Jersey. Después de completar el periodo escolar, el pastor White, animó al más talentoso de ellos, Jhon H. Kellogg en donde le prestó mil dólares para un periodo de especialización en el Hospital Belleview en Nueva York.
John H. Kellogg, inició una brillante carrera médica que duró 68 años. Desarrolló técnicas quirúrgicas que lo consagraron internacionalmente. Con notable destreza manual, Kellog operó a 22,000 pacientes, un récord difícilmente igualado por cualquier otro cirujano. Curiosamente, la cicatriz de los pacientes operados por Kellogg, era semejante a su firma.
Escribió cerca de 50 libros, de los cuales circularon aproximadamente un millón de ejemplares. Su libro más popular The New Dietetics (La nueva dieta) figura en la lista de los libros sobre nutrición como un auténtico clásico.
Se destacó como un gran inventor de aparatos que beneficiaban tratamientos de salud en los pacientes. Además, concibió la idea de producir lo que hoy conocemos como copos de maíz. En la que junto con su hermano W.H. Kellog inauguró la industria de alimentos Kellogg, conocida en todo mundo como una de las más respetables empresas en el campo de alimentos.
Ideas Panteistas.
El sanatorio, bajo la administración carismática del Dr. Kellogg, perdía gradualmente las características que lo definían como una institución denominacional, volviéndose más y más un centro médico interdenominacional.
Kellogg, procuraba cortar los vínculos que unían el sanatorio con la iglesia. Fue así como Kellogg transformó a la institución en un dinámico centro de irradiación de difusas y confusas ideas panteístas. Presentando a Dios como una mera esencia que permeaba el mundo natural. Él se revelaba contra el pensamiento teológico adventista que concibe a Dios como un ser con personalidad propia.
Llegó a rechazar los escritos producidos por la pluma inspirada, llegó a a tribuir las visiones de la Sra. White a “alucinaciones ocurridas durante espasmos epilépticos que la acompañaron durante su larga existencia”.
Finalmente, en 1907 después de habr abandonado la iglesia con algunos de sus más intimos colaboradores, Kellog, fue excluido de la comunión adventista de Battle Creek. Sin embargo, logró adueñarse del control del sanatorio y de la fábrica de alimentos. En la que poco tiempo después, fue declarada en quiebra.
Apartado de laiglesia, perdió la fe en la doctrina de la expiación, el nacimiento virginal y la divinidad de Cristo, y llegó a ser un evolucionista darwiniano.
¡Cuántos oprobios, y humillaciones hubiera evitado Kellogg si, además de apreciar la obra realizada por la Sra. White, se hubiese sometido a sus consejos y exhortaciones!
Nos parecen muy apropiadas las palabras inspiradas: Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin, es camino de muerte.
¡Cuán diferente habría sido su vida si, en lugar de seguir las ambiciones de su corazón no santificado, hubiese oído la voz de Dios hablando a través de su mensajera!
Cuidado de no cometer el mismo error. Busca a Dios diariamente, consúltalo en todos tus proyectos.
José Carlos Fuentes M. es Lic. en Nutrición de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y nos escribe desde Veracruz, México.