¡Aquí te decimos!
1.- Energía
Mantén el ritmo del culto con entusiasmo y energía. Eso hace que la congregación se convenza respecto al mensaje.
2.-Informalidad.
Conoces a los jóvenes que están allí, y ellos te conocen. No intentes presionarlos, solo busca que se sientan en familia. Nada de tensiones.
3.- Creatividad. Puedes escuchar historias de la Biblia muy familiares, pero con una nueva perspectiva. No necesitas estancarte en la rutina. Es muy bueno variar, cambiar el orden, parafrasear, hacerlo diferente.
4.- Cosas prácticas. Todos deseamos una aplicación práctica a nuestra vida. Por ejemplo, cómo se relaciona cierto mensaje bíblico con tu vida, o la de los demás durante ese día o esa semana.
5.- Desafíos. ¿Te gustan las respuestas superficiales? No. Lo que probablemente buscas y necesitas son temas que te hagan reflexionar. Temas que te desafíen a cambiar y a buscar nuevos horizontes, sobre todo en tu vida emocional y profesional.
6.- Relevancia. Algunas veces, las ilustraciones tienen que venir de tu mundo, y no del mundo de los más adultos. Es bueno que hables sobre tus necesidades y dificultades.
7.- Sinceridad. El púlpito no debe servir a propósitos políticos o promocionales. ¿Quieres demagogia o un mensaje directo al corazón?
8.- Contemporaneidad. Como joven buscas que te hablen en lenguaje comprensible, ¿o quieres llevar un diccionario a la iglesia?
9.-Esperanza. Definitivamente, quieres ir de la iglesia a tu casa con el corazón lleno de paz y de esperanza, saber que la presencia de Dios está contigo.
10.- Variedad. Algunas veces deseas adorar a Dios al aire libre o con un pequeño grupo de amigos.