Objetivo del Programa: Permitir que los jóvenes examinen cómo los demás los ayudaron a formar su auto-imagen.
Estudiar cómo la Palabra de Dios refleja su gracia y su amor por ellos y, finalmente, practicar el reconocimiento de las cualidades positivas en ellos mismos y en los demás para reafirmar la autoestima.
Preparativos previos: Se necesitarán un espejo grande, en el que pueda uno verse de cuerpo entero; tela, marcadores y tijeras; un reflector para cada participante, hecho de papel plateado, con una leyenda que diga: "Reflejo de mí mismo", y dos hojas tamaño carta; cada pareja debe tener una Biblia y una pequeña tarjeta con el texto bíblico.
Cuelgue o arrime el espejo grande en una pared. Al lado, coloque un cartel grande, con molduras, como si fuera un espejo. Coloque los marcadores en una mesa cerca. Prepare "símbolos reflectores" de papel plateado, diseñando y cortando un símbolo para cada joven. Corte los símbolos en pares y diséñelos de tal modo que aparezcan como imágenes reflejadas uno del otro. Use símbolos apropiados al tema, tales como los diferentes tipos de espejo (espejo de mano, redondo, de doble faz, etc.), o diferentes cosas que reflejan la luz o brillan (estrellas, luna, diamante, etc.)
Prepare tarjetas con textos bíblicos para reflejar, en cantidad suficiente para que cada pareja tenga uno. Escriba en esas tarjetas o fichas los siguientes pasajes bíblicos, uno en cada ficha: Génesis 1: 26; Salmos 8: 4-9; Salmos 23; Salmos 139: 13, 16; Juan 3: 16; 1 Juan 3: 1, 2.
Publicidad: Escriba tarjetas de invitación al programa pero escríbalos al revés de tal manera que solo pueda leerse de forma correcta a poner la invitación frente a un espejo.
Bienvenida.
Imágenes en el espejo.
( A medida que los jóvenes llegan, pídales que se paren frente al espejo durante algunos segundos y que luego escriban en el cartel que observaron en el espejo, una o dos palabras sobre su reacción).
Ejercicio de canto.
Lectura bíblica: Romanos 8:38
Oración de rodillas.
Dinámica:
Símbolos reflectores.
Distribuya los símbolos reflectores y los marcadores. Pídales a los jóvenes que piensen sobre el momento cuando estuvieron parados frente al espejo. Al dorso de los símbolos reflectores deben escribir sus nombres, dos cosas que apreciaron sobre su imagen individual reflejada en el espejo, y una cosa que no les gustó de sí mismos al verse reflejados en dicho espejo. Luego deben buscar a su compañero de espejo, es decir, a la persona cuyo símbolo es la imagen del espejo de su símbolo. Ambos deben comentar entre sí lo que escribieron atrás de sus símbolos reflectores.
Alabanza: “Honra al hombre de valor”. H.A.
Reflejo de mí mismo.
Explíquele al grupo cómo afectan los espejos nuestros sentimientos sobre nuestra imagen física; y dígales que, cuando otras personas actúan como espejos, pueden afectar la manera como encaramos la auto-imagen. Tanto lo que las personas nos dicen, como la forma cómo actúan con nosotros, refleja lo que sienten sobre nosotros, y puede ayudarnos a formar imágenes de cómo somos realmente. Las personas pueden ser espejos tan importantes para nosotros como los espejos comunes colgados en una pared.
Entregue el texto "Reflejo de mí mismo". Pídales que lo lean y escriban sus respuestas. Conceda algunos minutos para el debate de cada situación. (Si el grupo es muy grande, divida a los participantes en grupos menores, bajo el cuidado de coordinadores auxiliares). Pregúnteles: ¿La crítica que alguien pueda hacernos, nos hace realmente una persona menos importante? ¿Por qué sí, o por qué no?
Canto: “Procura con diligencia”
Espejos de tres dimensiones.
Entréguele ahora a cada uno las hojas de papel. Pídales que dibujen un espejo con tres partes. Anímelos a ser creativos. Cada sección se denominará: "Familiares", "Amigos" y "Profesores". Debajo de cada título deben escribir las palabras que creen que sus familiares, sus amigos o sus profesores, usarían para describirlos. En cada categoría deben anotar, por lo menos, tres cosas positivas. Luego pídales que señalen las palabras con las que concuerdan.
Después de terminar este ejercicio, los participantes deben volver a dividirse en parejas, cada uno con su compañero del ejercicio No. 2. En este momento, cada uno debe decirle a su compañero una de las palabras que señaló en cada una de las tres categorías, y explicarle porqué la marcó.
Canto: “El amor del Señor es maravilloso”
Imagen de Dios.
Entréguele ahora una Biblia a cada pareja, junto con la tarjeta de reflexión bíblica. Cada pareja leerá el texto y deberá identificar cuál es la cosa más importante que Dios dice acerca de ellos en aquel texto. Deben decidir cómo los afecta eso sobre lo que piensan sobre sí mismos, luego de lo cual cada pareja compartirá con todo el grupo sus ideas sobre el contenido del pasaje en cuestión.
Oración final.
Oraciones reflectoras.
Las parejas deben estar ahora sentadas juntas. Dígales lo siguiente: enseguida haré una oración introductoria y luego, me gustaría que cada uno ore por su compañero. Uno de los dos comienza agradeciendo a Dios por tres cosas sobre su compañero de espejo y, entonces, el otro miembro de la pareja hace lo mismo. Todas las parejas pueden orar al mismo tiempo y, si quieren, pueden agradecer por más de tres cosas. Cuando todos hayan terminado, repetiremos juntos el Padrenuestro reflejado: yo diré una frase, y luego todos vosotros la repetirán.
Entonces comience las oraciones reflejadas, por ejemplo, así: "Padre celestial, tú nos creaste a tu imagen para que reflejemos tu amor y tu gracia a todo el mundo. Muchas gracias por el don de los muchos espejos que nos concediste a través de nuestros padres, de nuestros amigos y de tu santa Palabra. Ayúdanos a recordar que somos tu pueblo y que, aunque somos imperfectos, tu amor brilla en nosotros. Capacítanos para brillar y ayudar a otros a brillar también".
Conceda tiempo suficiente para que las parejas oren, y luego dirija al grupo en la Oración del Señor, pronunciando una frase y esperando a que el grupo la repita al unísono.
Vídeocanto: “El himno de victoria”.