Es común escuchar a personas que fueron o que son parte de un club de conquistadores recordar, de forma nostálgica, las memorias vividas en los camporís sudamericanos. João Paulo Rodrigues estuvo presente en tres de ellos y promete ir a Barretos, en Brasil, ciudad que será la sede del VI Camporí Sudamericano de Conquistadores en enero de 2026.
Rodriguez fue al primero de su vida, en 2005, sin siquiera saber bien de qué se trataba. Fue invitado por el jefe para ayudar en el trabajo. Sin embargo, él estaba de vacaciones e imaginó que esa sería una buena experiencia.
El evento se realizó en enero y, en septiembre de ese año, João ya había abierto un club en su iglesia. “El III Camporí Sudamericano, Fuente de Esperanza, cambió mi vida”, se emociona. Desde entonces, no se perdió ninguno, con el club o como voluntario. “Sueño con el próximo”, afirma.
Después de un reajuste de fechas debido a la pandemia de COVID-19, enero de 2026 será el momento en el que los niños y adolescentes entre 10 a 15 años se encontrarán. Repitiendo el formato del evento anterior, el Camporí se realizará en dos ediciones, ya que se pretende superar el número de participantes y recibir más de 100 mil personas. El primer grupo se encontrará del 6 al 11 de enero. El segundo llega al Parque do Peão de Barretos el 13 y vuelve a casa el 18 de enero.
Varios idiomas y naciones
El VI Camporí reunirá conquistadores de ocho países de Sudamérica, pero no son ellos los que deben llegar al evento. En 2019, invitados de 28 naciones estuvieron presentes en Brasil y vivieron el intercambio de experiencias y el intercambio cultural que el encuentro posibilita. Para 2026, la expectativa es recibir una diversidad aún mayor de personas y nacionalidades.
Udolcy Zukowski, director de Conquistadores para ocho países de Sudamérica, recuerda que “el hecho de ir al mayor Camporí del mundo, conocer personas de más de cincuenta países como Mongolia, China, Japón, gente que viene de otras partes del planeta, ayuda mucho”. Al final de cada edición, los participantes reciben un recuerdo que marca su presencia. Zukowski enfatiza que las actividades del club en la iglesia local son muy intensas, y deben serlo. Uno de los requisitos para estar en el Camporí Sudamericano es participar, también, de los camporís organizados por las sedes regionales de la Iglesia Adventista, como asociaciones y uniones, en los próximos cinco años.
La filosofía del Club de Conquistadores involucra el desarrollo de los participantes en las áreas física, mental y espiritual. Por eso, un evento de este tipo reúne actividades diversas en medio de la naturaleza, momentos de reflexión bíblica y el estímulo de las relaciones interpersonales y de amistad entre personas de las más diversas regiones y realidades.
Con el paso de los años, esos recuerdos se llevan en la banda del uniforme. “Esos recuerdos hacen que nuestro conquistador realmente se integre y grite como gritamos: ¡una vez conquistador, siempre conquistador!”, exclama Zukowski.