Las fuertes lluvias que afectan Pakistán han afectado a más de mil víctimas, incluyendo niños. Hasta ahora, millones de personas de las regiones de Sindh, Baluchistán y Khyber Pakhtunkwa tuvieron que ser desalojadas. Frente a todo eso, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) está intensificando su trabajo para ayudar a las más de 33 millones de personas afectadas en el país.
“ADRA se está movilizando y ya está proveyendo paquetes de alimentos y otros suministros para ayudar a mujeres vulnerables, niños y ancianos”, afirma Mario Oliveira, director de administración de emergencias de ADRA Internacional. “Nuestros equipos de respuesta a emergencias ya están en el terreno realizando evaluaciones de necesidades para garantizar que las familias desalojadas estén seguras y tengan los suministros vitales”.
Rutas y puentes quedaron destruidos por la acción del agua, como también más de 600 mil viviendas. Por lo menos 30 millones de personas están sin refugio, gas o energía. Eso corresponde al 15% de la población total que vive al aire libre en carreteras, en terrenos altos o encima de escombros de casas. También hay preocupación sobre el acceso a servicios vitales de salud, ya que más de 800 instalaciones médicas están sin poder operar y los brotes de enfermedades se incrementan.
“Hay un mayor riesgo de fiebre tifoidea, disentería, dengue, malaria y COVID-19 cuando hay lluvias fuertes e infraestructura sanitaria dañada. ADRA está colaborando con el Hospital Adventista de Karachi, que ya estableció una clínica médica móvil en la región, para garantizar que las comunidades tengan acceso a atención médica”, explica Josué Orellana, director de ADRA Internacional para salud, nutrición y saneamiento, e higiene del agua.
La agencia humanitaria adventista está entre las principales organizaciones internacionales que responden a la catástrofe de las inundaciones en Pakistán.
Fuente: División Sudamericana de los Adventistas del Séptimo Día.