Un prometedor portero de fútbol ha producido un revuelo en el ámbito deportivo al anunciar que ya no jugará en encuentros programados entre la puesta de sol del viernes y la puesta de sol del sábado.
Carlos Vítor da Costa Ressurreição, de 30 años, que fue bautizado en la Iglesia Adventista el mes pasado, comunicó hace unos días su decisión a los reporteros, produciendo una ola de sorpresa, simpatía y aun enojo por parte de los fanáticos y comentaristas deportivos que luchan por entender la causa de semejante medida.
El furor también está vinculado con el hecho de que Ressurreição ha hecho varias importantes atajadas durante la temporada pasada que hizo que su equipo, el Londrina Esporte Clube, pasara de la División C a la División B del Campeonato Nacional Brasileño, el principal campeonato de la liga de fútbol de ese país. Ressurreição fue nombrado jugador del año, lo que significó una oferta del equipo de la División A Chapecoense, lo que habría significado la duplicación de su salario.
Ressurreição rechazó la oferta porque no le habría permitido observar el séptimo día según lo establece el cuarto mandamiento, según el periódico Lance.
Al mismo tiempo, el futuro de Ressurreição está en el aire, dado que un número de encuentros de la División B se lleva a cabo los viernes de noche y los sábados. Su equipo ha anunciado que no le renovará el contrato que se vence en mayo. A pesar de ello, Ressurreição sigue aferrado a sus convicciones, expresando en una conferencia de prensa del pasado 20 de enero que de no ser por Dios, ni siquiera estaría jugando al fútbol.
Un año antes de su bautismo, contó, pasó cuatro largos meses en su casa en Salvador, en el estado de Bahía, sin tener un contrato firmado con ningún equipo. Durante ese período, una amiga se acercó a su esposa Gabriela en una peluquería, donde le ofreció ser socias para producir carteras. Las dos mujeres crearon entonces una marca de carteras que tuvo un gran crecimiento, dijo Ressurreição.
“En poco tiempo, las ganancias superaron a mi salario anterior en el club de fútbol”, dijo. “En ese momento entendí que Dios tenía varias maneras posibles de cuidar de mi familia”.
Después de entender esto, Ressurreição dejó de lado sus temores de no ser capaz de firmar un contrato para jugar al fútbol, y comenzó por el contrario un proceso que denominó “intimidad con Dios”. Comenzó a estudiar la Biblia y a orar todos los días.
“Mi fe no se basa en palabras de un pastor o algo así”, dijo. “Estudié la Biblia y llegué a la conclusión de que necesitaba crecer espiritualmente”.
Al estudiar, se convenció de que su suegra, Tânia Rocha, que es adventista, estaba en lo cierto cuando le habló sobre la verdad del sábado doce años antes. Ressurreição fue bautizado el 27 de diciembre de 2015.
Las incertidumbres que Ressurreição enfrenta ahora podrían parecer tan abrumadoras como las que tuvo hace un año cuando no tenía contrato. A pesar de ello, se mostró calmo respecto del futuro cuando un reportero le preguntó en la conferencia de prensa si estaba preparado para escoger entre su fe y su carrera.
“Sin ninguna duda, elijo mi fe”, dijo. “Muchos otros estuvieron antes que yo, dándome la posibilidad de elegir”.
Eso no significa que se ha quedado sentado. Mientras todavía su contrato sigue vigente, ha comenzado un grupo de estudios bíblicos con sus compañeros de equipo.
“Estoy en paz porque mi vida está en las manos de Dios”, dijo. “Mientras haya equipos que respeten mis creencias, el deporte siempre será una opción. De lo contrario, el Señor ya me ha mostrado en el pasado que él puede cuidar de mí”.
La decisión de Ressurreição se ha ganado la admiración de algunos comentaristas deportivos.
“No soy religioso, pero me ha llegado esta decisión de Vítor”, dijo Ayrton Baptista Jr., que escribe un blog deportivo para Globo Esporte, uno de los sitios web deportivos más conocidos de Brasil. “Su fe habla en voz alta”.