Camila y Fabián Coraizaca son dos adolescentes que llegaron al Club de Conquistadores denominado Salamandra, del norte de Guayaquil.
El sábado, 24 de septiembre, ellos vivieron el día más grande de su vida al entregarse a Jesús, por medio del bautismo, en el cierre del programa conocido como Mes de la Juventud. Sus rostros mostraban la emoción de ese instante tan especial, e igualmente el de sus amigos del club, que siguieron paso a paso su compromiso de amor con Jesús.
Los pañuelos de los Conquistadores se agitaron cuando salieron del agua y el aplauso de los presentes marcaba el compás del evento pero, ellos no pudieron escucharlos. Camila y Fabián poseen una discapacidad auditiva desde su nacimiento, pero en su corazón nada impidió llenarse de alegría; pues sintieron el gozo de ser aceptados por Jesús.
Ellos forman parte de los jóvenes que se entregaron a Dios en este Mes de la Juventud y que asumieron el desafío de ser la generación que culmine la predicación en el tiempo del fin. Además se comprometieron a ayudar a sus familias y amigos a acercarse más a Dios.
Doce provincias movilizadas y treinta y siete distritos impactados con el mensaje hicieron eco del trabajo e involucramiento de un ejército de jóvenes comprometiDedos.
El pastor Antonio Manzanares estuvo a cargo de las predicaciones durante la Caravana de Cosecha. Bajo el poder del Espíritu Santo compartió con los jóvenes y padres un mensaje de esperanza, que los invitó a hacer de Jesús el mejor amigo y compañero en cada etapa de sus vidas. Para él “compartir estos días con la juventud del sur de Ecuador significó vivir una experiencia en la que él también resultó fortalecido; pues la lucha de estos valientes en aceptar a Jesús significó poner en oración cada palabra y cada mensaje presentado con cariño a todos ellos, y hoy, la iglesia es testigo de estos resultados en los que Dios está obrando y actuando con poder”, señaló.
Decenas de jóvenes entregaron su vida a Jesús durante todo el mes de septiembre, mes en el que la juventud adventista en este campo misionero, vivió una jornada de reavivamiento y fortaleza espiritual.