El día en que la Arena Condá, estadio de fútbol del equipo Chapecoense, recibió a miles de simpatizantes, familiares y amigos de las víctimas del accidente que causó la muerte de 71 personas entre jugadores, comisión técnica, dirigentes y profesionales de prensa, fieles de la Iglesia Adventista ofrecieron alternativas para amenizar el sufrimiento de la población local.
Aun con lluvia fuerte y constante, quien necesitaba de atención médica, podía dirigirse a una carpa que se encontraba cerca de uno de los portones del estadio. Si el estado de salud precisaba de mayor atención, el individuo era inmediatamente encaminado a una de las ambulancias ubicadas al lado de la carpa.
La acción, que también fue acompañada de la entrega de kits de agua mineral y libros, se realizó motivada por el dolor que los habitantes de Chapecó sienten desde el día en que recibieron la noticia del desastre aéreo. Nosotros nos reunimos para ayudar a las personas, conversar con ellas, dar asistencia médica, un abrazo o lo que las personas necesiten para confortar y disminuir ese dolor”, explica Fábia Pierozan, técnica de enfermería que actuó como voluntaria.
Una de las personas contempladas por la acción fue la estudiante Emili Lazaroto. Ella cree que hechos como esos son importantes para hacer la vida más feliz. “Creo que Chapecó, aunque es una ciudad pequeña, tiene personas de gran corazón y que ayudan a todos, fue un impacto saber que nuestros jugadores, que nos dieron alegrías, se fueron. Creo que por las acciones, demostraron que son de verdad, aun en momentos críticos como este o no. Creo que el mundo todavía tiene un poco de esperanza por este motivo: porque las personas saben ayudarse y ayudar al prójimo”, argumenta.
Visitas a los enlutados
Ayer (2/12), los familiares de las víctimas recibieron la visita de líderes de la iglesia que aprovecharon los pocos minutos para compartir mensajes bíblicos. El pastor y cantor Tiago Arrais, que publicó un video esta semana revelando que los jugadores tenían la costumbre de escuchar sus canciones, estuvo en la ciudad catarinense ofreciendo palabras de ánimo a quien aceptó la visita.
En la madrugada, hubo personas que no pudieron dormir y permanecieron en las calles conversando con los amigos, en el intento de comprender los porqués del terrible acontecimiento. Al encontrar a esos grupos, los voluntarios ofrecieron serenatas con el objetivo de llevar un poco de paz.
En la mañana del sábado 3, los cuerpos de las víctimas llegaron desde Manaos al Aeropuerto Municipal Serafín Enoss Bertaso, en Chapecó en aviones de la Fuerza Aérea Brasilera (FAB), donde familiares y autoridades presentes aplaudieron y lloraron. Algunos recibieron libros sobre esperanza, entregados por jóvenes que se encontraban en las proximidades del aeropuerto.
Mensaje motivador
Los cajones fueron llevados hasta la Arena Condá, donde se realizó el velorio colectivo. Durante los homenajes y discursos, el comunicador Cid Moreira leyó dos textos clásicos del relato bíblico, el capítulo 13 del libro de Corintios y el Salmo 23. Luego, el pastor Moisés Móra, líder de la Iglesia Adventista responsable por el área que atiende a jóvenes en las regiones norte y oeste de Santa Catarina, reforzó la esperanza que contiene la Palabra de Dios sobre el fin de las lágrimas y el sufrimiento. “Que el consuelo de la promesa ‘hasta pronto’ nos mantenga firmes en la esperanza mientras estamos de este lado del cielo. Que el Dios de paz conforte su corazón en este momento”, concluyó.