¿Puede acaso existir una relación entre microorganismos vivos (bacterias) y obesidad?, hace más de 2500 años Hipócrates mencionaba que “todas las enfermedades empiezan en el intestino”.
Millones y diversas microscópicas bacterias que habitan a lo largo de nuestro tracto gastrointestinal o mejor conocida como Microbiota Intestinal superan unas diez veces a las células de nuestro organismo, específicamente el intestino grueso es quien alberga la mayor densidad y diversidad microbiana. Hoy en día se sabe que existe una relación estrecha entre el huésped (ser humano) y su microbiota intestinal.
Los beneficios de la microbiota son diversos como: ayudar en funciones metabólicas al generar vitaminas y aminoácidos, además aprovechan la fibra dietética que no es digerible (algunas de estas fibras se consideran prebióticos) y por si fuera poco también crean una barrera en la pared intestinal que impide que bacterias patógenas se instalen en nuestro sistema digestivo. Muchos son los factores que afectan o modifican la microbiota, algunos son: una dieta inadecuada, sedentarismo, estrés físico y emocional, enfermedades, uso de antibióticos, entre otros, por lo cual cada persona tiene una microbiota única algo parecido a nuestra huella digital.
Pero ¿Por qué relacionar la microbiota intestinal con obesidad? se sabe que la obesidad es una enfermedad relacionada a una ingesta excesiva de energía (exceso de calorías consumidas en la dieta) cuyo exceso al no ser utilizado provoca un aumento de peso, que se ve influida por diversos factores genéticos, fisiológicos, metabólicos, sociales y culturales, además el individuo obeso se caracteriza por presentar un estado crónico de inflamación.
Los científicos han investigado durante los últimos años esta relación observando que las personas con obesidad presentan una disbiosis, es decir, un desequilibrio y disminución de bacterias que pertenecen a su microbiota intestinal teniendo como consecuencia una mayor permeabilidad intestinal la cual se caracteriza por la pérdida de la barrera de la pared intestinal lo que conlleva a presentar reacciones inflamatorias, enfermedades autoinmunes y enfermedades metabólicas que comúnmente están presentes en personas con obesidad.
Las causas de la disbiosis o desequilibrio de la microbiota intestinal son diversas, algunas están relacionadas al elevado consumo de grasas y azúcares, ambos nutrientes también están relacionados a la obesidad.
Entonces ¿Qué hacer para cuidar mi microbiota intestinal independientemente que presente o no obesidad?
Hoy en día las investigaciones científicas demuestran que diversos alimentos ayudan a mantener la composición y diversidad de la microbiota intestinal, incluir en nuestra alimentación preparaciones con nopal, soya, chía, avena son excelentes opciones para cuidar las bacterias benéficas de nuestro intestino e incluso algunos de estos alimentos son considerados prebióticos. Los prebióticos son compuestos que alimentan y ayudan a crecer a las bacterias benéficas que integran nuestra microbiota intestinal.
Otras recomendaciones que ayudaran a tu microbiota intestinal son: Realizar actividad físicas como parte de nuestra rutina, evitar automedicarnos con antibióticos a menos que sea indicado por un profesional de la salud.
¿Acaso no te parece que estas microscópicas bacterias son una gran creación del gran creador? ¿te gustaría conocer más de la microbiota intestinal?
La autora, Nutrióloga Andrea Crisóstomo Jiménez, nos escribe desde Tabasco, México.
BIBLIOGRAFIAS
1.- González G.N., González T, Y. S., Padilla D, L. F. (2017). Microbiota intestinal, sobrepeso y obesidad. RESPYN Revista Salud Pública Y Nutrición, 16(3), 23–28. https://doi.org/10.29105/respyn16.3-4
2.- Waitzberg, l.d. (2019). Microbiota in the surgical patient of the digestive system: diagnosis and treatment. rev. nutr. clin. metab. 2020;3(1):116-120. https://doi.org/10.35454/rncm.v3n1.016
3.- Calatayud, A.G., Lardiés, M.A., Guía de actuación y documento de consenso sobre el manejo de preparados con probióticos y/o prebióticos en la farmacia comunitaria SEFAC y SEPyP, (2018).
4.- Delgado R.J., Contreras S.J., Microbiota intestinal, el órgano vital. Ciencia e innovación.