Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus mandamientos, afirmados eternamente y para siempre, hechos en verdad y rectitud (Salmos 111: 7-8)
El libro de Salmos es uno de los libros que destaca el valor y la permanencia de la palabra de Dios, el joven David atesoraba en su corazón los mandamientos de Dios y sabia la importancia de conservar la ley de Dios en la vida del ser humano así también para gobernar a una nación. En el momento en que decidió separarse de Dios y sus estatutos se dio cuenta de lo miserable y triste que la vida podía llegar hacer. Sin una ley que nos rija y nos mantenga resguardados en un cerco protector, estamos destinados la miseria.
En la historia de la edad media, la Biblia se resguardaba con el único fin de que las personas se les mantuviste cegadas espiritualmente, la Biblia que para entonces ya había sido traducido por reformadores como Wicleff y Lutero aún no se daba el consentimiento de que toda persona pudieran leer y escudriñarla y estuvieran al alcance de ella. La Biblia era manipulada por la iglesia católica, a su propia conveniencia y únicamente el poder papal tenía acceso a ella. La revolución francesa dirigido por Napoleón y su general Berthier, capturaron al papa pio VI, poniendo fin al dominio papal y comenzando una nueva era, pero el país francés no hizo como los otros países Inglaterra, Alemania y Suiza que aceptaron la verdad, sino que se opuso a toda costa en aceptar esta luz y se levantó contra ella para destruirla, para que no existiera nunca más.
Francia determino en excluir la Biblia como autoridad y en lugar de ella, colocaron a la diosa de la razón como su dios, se empezaron a recoger todas las Biblias para ser quemadas por las calles como un acto de rebeldía hacia el autor supremo. Que triste es cuando el ser humano rechaza la palabra de Dios y lo remplaza por otras cosas sin valor, hoy en día existen las mismas personas que se niegan aceptar esta verdad en sus vidas y Satanás aprovecha cada oportunidad para cegarlos y que la verdad no brille en ellos y sigan en el error. El país francés después de tres año y medio de abolir la Biblia, se dieron cuenta que no se podía vivir sin una regla de mandamientos capaz de regir a los seres humanos y a un país, la razón no podía remplazar por completo a la Biblia.
Un nuevo decreto se estableció, ahora todos tenían derecho a escudriñar la palabra de Dios, se crearon las sociedades bíblicas que ayudaron a la circulación de las Biblias en diferentes idiomas, ya lo había dicho el profeta Isaías “ninguna arma forjada contra ti, prosperará, y tu condenaras toda lengua que se levante contra ti en el juicio. (Isa 54: 17).
En un futuro no muy lejano nuevamente se dará un edicto en el que se prohibirá el estudio de ella y se tratara de destruir, pero, así como en el pasado Dios ha protegido su palabra lo hará en el futuro. La señora White dice “Existe hoy la misma disposición que antaño para aceptar las teorías y tradiciones de los hombres antes que la palabra de Dios. Y los que esparcen hoy este conocimiento de la verdad no deben encontrar más aceptación que la que tuvieron los primeros reformadores. El gran conflicto entre la verdad y la mentira entre Cristo y Satanás irá aumentando en intensidad a medida que se acerque el fin de la historia de este mundo. Permite hoy que la palabra de Dios sea indestructible en tu vida y seas gobernada por ella.
[1] White, Elena G. de. El conflicto de los siglos. (CDMX, México: Gema, 2011), 134.