Si queremos algo con las suficientes ganas como para salir a pelear por aquello, trabajar día y noche por alcanzarlo y sacrificar nuestro tiempo, paz y sueño por ello.
Si el solo deseo de aquello nos enciende lo suficiente como para nunca cansarnos y nos hacer ver todas las demás cosas como pasajeras y de poco valor cuando las comparamos con las que no tienen pasión.
Si la vida nos parece vacía e inconsecuente sin aquello y todo lo que planeamos y soñamos tiene que ver con eso, si estaríamos contentos de sudar por ello, incomodarnos por ello, planear para obtenerlo y perder todo temor al hombre por ello.
Si simplemente vamos tras aquello que deseamos con toda nuestra capacidad, fortaleza y sagacidad, fe, esperanza y confianza y sobria persistencia.
Si ni la fría pobreza, desnutrida y famélica, ni la enfermedad ni el dolor del cuerpo o mente pueden hacernos desistir de aquello que tanto anhelamos, si con todas nuestras fuerzas y a pesar de todas las dificultades nos enfrascamos en obtenerlo, ¡lo obtendremos!
Un nuevo año es una nueva oportunidad, para volver a tener el deseo de llegar a la meta. Pero, recuerda. No es asunto de fuerza humana solamente. Es un asunto de saber que a nuestro lado está aquel que es todopoderoso y es en él, que lograremos mucho de lo anhelado. Deja que Dios te impacte en el nuevo año.
También El Señor dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo. Génesis 31:3
Y Dios le dijo a Moisés: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Éxodo 3:12
Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Éxodo 18:19